miércoles, 8 de septiembre de 2010

El cultivo del cáñamo en la Alta California en el siglo XVIII

Se conoce que los jesuitas llevaron el cáñamo al noroeste de México, Sinaloa, Sonora y Baja California. Luego de su expulsión de la Nueva España, en 1767, la colonización de la Alta California quedo en manos de los frailes franciscanos.

El cultivo del cáñamo en la Alta California en el siglo XVIII
Martha Ortega Soto *
En 1781 la Corona española ordenó fomentar el cultivo de lino y cáñamo en las colonias. La idea era obtener la materia prima en ellas para la fabricación de lonas y velas en la metrópoli. Tan grande era el interés que en la Real Ordenanza de Intendentes se señala que en caso necesario se repartieran tierras realengas entre los nativos para producir dichas fibras. Parece que el proyecto fracasó porque en el centro de Nueva España no se interesaron por estos cultivos. (1)
Entre 1780-1781 y 1786-1788 se intentó cultivar cáñamo en la región de San Blas. Dado que en puerto se desarrollaba la industria naval, la producción de cáñamo hubiera resultado beneficiosa para autoabastecerse de materia prima para fabricar lonas y jarcias, así el Erario Real se hubiera ahorrado los altos gastos de transporte. Al parecer no se tuvo éxito en esta empresa. (2)
En 1975 llegaron órdenes a Alta California para cultivar lino y cáñamo en el pueblo de San José. El gobierno envió al condestable Joaquín Sánchez, en 1801, para que enseñara a los habitantes cómo sembrar y cosechare el cáñamo, pues aunque habían empezado a plantarlo, la producción cesó repentinamente. Una de las medidas que se acordó fue que la producción se compraría de inmediato a los productores para que así no dejaran de cultivarlo. A fin de obtener una producción mayor para el año siguiente, se ordenó que se introdujeran el cultivo en todo el distrito de Santa Bárbara, incluso en los Ángeles y en las misiones de San Luis Obispo, San José y en la nueva la nueva de Santa Inés (1804). En 1807 se aprobó a 4 pesos por arroba de cáñamo.
Fue tal éxito de la siembra del cáñamo, que en 1809 Arrillaga informo que se había sin embarcar 4 138 arrobas y 8 libras de fibra pero habían quedado sin sembrar 1 896 arrobas media libra. Por eso pedía que en su próximo viaje los barcos abastecedores condujeran de regreso solamente el cáñamo cosechado. Asimismo, solicitaba permiso para que se tejiera el cáñamo en la Alta California y para que abriera una fábrica de jarcias en Tepic, de esta manera se absorbería toda la producción almacenada.(3) Pero no se adoptó ninguna medida al respecto, así que a pesar de que las cosechas de cáñamo fueron exitosas, dejó de producirse porque nos e tuvo la capacidad suficiente para transportarlo al interior del virreinato.
En resumen, la situación de la agricultura entre 1791 y 1805 fue más o menos la siguiente: las misiones, que contaban con la mayor extensión de tierras de cultivo y la mayor cantidad de habitantes –aunque no todos eran mano de obra capacitada--, produjeron 83.3% de las cosechas totales de la provincia. La misión de San Gabriel fue la más productiva y San Juan Capistrano le siguió en importancia. No podemos especificar qué centro tenía la mayor capacidad productiva porque aunque sabemos que la población de San Juan Capistrano era mediana en relación con la de San Gabriel, no conocemos la extensión de sus tierras de labranza. Por otra parte, las tremendas oscilaciones en la producción particular en cada una de ellas impide hablar de un progreso constante.
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Fragmento del libro Alta California una frontera olvidada del noroeste de México 1769-1846, Plaza y Valdés Editores / UAM Iztapalapa, Col. CSH, México, 2001.
Notas
1.- E. Florescano e I. Gil, “La época de las reformas borbónicas y el crecimiento, 1750-1808”, en Historia General de México, vol. II, 2ª. Ed., México, El Colegio de México, Centro de Estudios Históricos, 1977, pp. 183-301, mapas y cuadros, p. 230.
2.- R. M. Serrera Contreras, Cultivo y manufactura de lino y cáñamo en Nueva España (1777-1800), vol. II, 2ª. , ed., Sevilla, ESCUELA DE Estudios Hispano-americanos de Sevilla, 1974, láminas, cuadros (CCCXXX), pp. 144-146, 254.
3.- Californias, AGNM, vol. 2, segunda parte, exp, 8 completo, 1807; nota de romanage de cáñamo, Sal., Monterrey, 30 de septiembre de 1800, en ibidem, vol. 16, f. 240; ibidem, vol. 17, fs. 121-146, exp. completo, 1809-1810; ibidem, vol. 21, exp. 1 completo, 1805-1809, Arrillaga al virrey, Monterrey, 21 de diciembre de 1809, en ibídem, vol. 41, f. 225.

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